jueves, 28 de junio de 2007

Una caja de zapatos

En estos tiempos de compras apresuradas y última tecnología, veo como en una caja de zapatos caben varias cartas y recuerdos que me son super valiosos. Y estas pequeñas cositas materiales, de algo tan frágil como el papel, valen para mí mucho más que una Palm, o inclusive un notebook.

Tambien guardo una regla de cálculo, que me dejó mi abuelo, aún no se ocuparla bien, pero me es super apreciada porque es el único legado material que me dejó que refleja super bien la herencia que me dejó (no es plata, es el gusto por las ciencias, más parecido a los experimentos de un alquimista, que a un cientifico).

Estoy arreglando mi pieza; ¿para junto las revistas del cable? ¿que hago con los celulares ladrillo? ¿dónde hay un botadero de pilas? (que alguien me responda en serio) ¿qué hago con los cassettes? ¿cómo ordenos los discos de vinilo? ¿qué hago con todas esas pelotas de regalo?

Encontré unas cartas que escribimos en el colegio a unas colombianas, voy a ver si las pillo por internet :)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Don Nono:

Un saludo virtual esta vez.

Un gran abrazo y mucho gusto por este medio.

Saludos,

Javier

Soledad Garcia dijo...

mmm yo creo que deberias sentirte satisfecho con tu "unica" caja. Yo tengo muchas repletas de cosas, no necesariamente recuerdos, pero papeles que cada vez que trato de hacer una limpieza se salvan de la bolsa negra de basura... algun poder siempre los rescata y yo si que ya no se que hacer... que lindo en todo caso lo del recuerdo de tu abuelo, te recomiendo que lo sigas guardando ahi, en tu "caja fuerte"... yo hace poco saque a pasear el broche que me dejó mi abuela antes de morir... y se me perdió...